domingo, 10 de agosto de 2008

Vicente "Flaco" Classen



Un santotomeño que formó las filas a los inicios de la comparsa. Con el tiempo tuvo que partir a tierras misioneras donde vive actualmente, mas precisamente en la ciudad de Capioví en donde tiene a su familia.

Quienes conocen a este personaje, saben del gran humor que lo caracteriza y las constantes bromas que sometía a su gente.

Cuentan algunas anégdotas que le gustaba correr a las chicas con un sapo en la mano, y hasta que no les tocaba aunque sea un poquito, no las dejaba. También dicen que era uno de los robaba las gallinas a una vecina para hacer guiso, y comerlo mientras hacían la carrosa.

Otros relatos lo tienen como uno de los principales creadores de las serenatas a las chicas santotomeñas, que siempre al ritmo de la guitarra aparecían de madrugada tanto para el día de la primavera como en diferentes fechas y, aunque se llevaban algunos manzanasos y algún que otro balde de agua, seguían cantando acompañados con su gran simpatía. Siempre las serenatas terminaban en el mismo lugar: en la casa de Mima Correa, que era quien los recibía siempre con comida y con el gran afecto que siempre la caracterizó.

El "Flaco", como le llaman sus amigos, participó muchos años de la comparsa Marabú y hasta dirigió un año la escuela de samba. De él quedan muchos recuerdos, por ser uno de los principales humoristas del grupo y por traer alegría a la comparsa.

sábado, 9 de agosto de 2008

La hidra

En la mitología griega, la Hidra de Lerna era una criatura similar a una serpiente. Esta bestia acuática poseía numerosas cabezas –que en la comparsa marabú fue representada por siete–. Además, contaba con una respiración venenosa que la hacía aun más peligrosa.
La Hidra de Lerna fue aniquilada por Hércules durante uno de sus doce trabajos. Su guarida era el lago homónimo, situado en el Argolid. Aunque se especuló que tal sitio habría existido en la Antigüedad Clásica, la arqueología ha desmentido el mito de que este sitio sagrado era incluso más antiguo que la ciudad de Mecenas, en Argos.
Cuenta la leyenda que debajo de las aguas de Argolid existía una entrada al mundo subterráneo, y que la Hidra era su guardiana.
Este animal fabuloso descendía de Tifón, Equidna y –según Hesíodo, en su Teogonía– de la Diosa de la Tierra, Gea. Se decía que la Hidra era hermana de Quimera y del Cancerbero.
Al llegar al pantano cerca del lago Lerna, sitio donde moraba la Hidra, Hércules cubrió su boca y su nariz con un paño –para protegerse de los humos venenosos– y tiró flechas de fuego para sacar a la bestia de su madriguera. La enfrentó con hoz en mano y la mató, tal como figura en algunas pinturas arcaicas.
Se ha precisado que esta criatura se veía favorecida por una reacción biológica: cada vez que una de sus cabezas era cortada, surgían dos más en su lugar. Esta cualidad era la expresión más acabada de la desesperación que generaba en cualquiera de sus adversarios, aunque no en Hércules.
Los detalles del enfrentamiento fueron narrados por Apolodoro. Cuando Hércules se convenció de que no podría derrotar a la Hidra valiéndose de métodos convencionales, pidió ayuda a su sobrino. Éste le propuso la idea –probablemente inspirada por Palas Atenea– de utilizar trapos ardientes para quemar los cuellos decapitados después de cada cercenamiento. Entonces Hércules se dedicó a cortar cada una de las cabezas de la Hidra mientras su sobrino quemaba los cuellos degollados y sangrantes.
Así, Hércules se enfrentó a la última cabeza, la principal e “inmortal” cabeza de la Hidra, aplastándola debajo de una gran roca que existía en el camino sagrado situado entre Lerna y Elea.
Sumergiendo sus flechas en la sangre venenosa de la Hidra, completó su segunda tarea.
Una continuación de la leyenda indica que luego de cortar cada una de las cabezas de la Hidra, Hércules bañó su espada en la sangre ponzoñosa y después quemó las cabezas caídas para que no pudiesen volver a crecer.
Muchos recuerdan la magnitud de esta carroza, el impacto de ver salir tantas cabezas de un solo cuerpo y las facciones de cada una de ellas. Otra historia para recordar, de la maravillosa imaginación que cubre a los marabuceros, con la que lograron conmover nuevamente a la platea.

Marabú 2008 (en fotos)

















Batería Marabú 2007

Batería Marabú 2008