Dicen que un tropezón no es caída, y justamente es lo que sucedió con la batería de Marabú en esta edición 2010.
Desesperanzados con falsas promesas, el amor marabucero hizo salir a los chicos en su primer día de desfile, con el traje que no era lo que ellos imaginaron cuando lo vieron plasmado en el diseño. Pero como buen marabucero, igual estuvieron listos para enfrentar una batalla que parecía perdida, aunque las esperanzas no se disipaban.
Fue entonces que, en el segundo fin de semana resucitaron como el ave Fénix, con una vestimenta que los hizo brillar y nuevamente cautivar al público que esperaba ansioso ese regocijo que al fin llegó.
Para quienes se burlaron, para quienes se dieron por victoriosos, he aquí la batería que el pueblo quiere ver triunfar, más allá del premio, está la victoria de ganar el corazón de la gente, algo tan importante y único que sólo lo alcanza la aplanadora.
domingo, 31 de enero de 2010
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1 comentario:
Vamos filoxera carajo!!!
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