viernes, 25 de julio de 2008
Los años 60, Marabú nacía, el mundo evolucionaba...
Egle Martin, una estrella marabucera
El Arlequín
jueves, 24 de julio de 2008
Pirulo Espíndola, el recuerdo de un comparsero
Lo que dejó en el espíritu marabucero, es el aporte de sus hijos, quienes desde chicos forman parte de la comparsa. Gustavo que desde su pecho, con un gran tatuaje del logo de marabú, demuestra su fanatismo hacia la comparsa. Horacio que todos los años acompaña a la escuela de samba y Lorena, que borda trajes imponentes para las chicas de Marabú.
Si bien hoy Pirulo ya no está entre nosotros, queda su enseñanza, su pasión por la comparsa y su valor de ser, simplemente, un marabucero.
Dejate sorprender
Con la consigna "dejate sorprender" la nueva comisión de marabú que se unió para los 50 años, presenta la página oficial de la comparsa, donde se encuentra toda la información, los premios y otros entretenimientos para el interés de los comparseros.
Para acceder a ella es sólo cuestión de hacer click en el vínculo http://www.comparsamarabu.com.ar/
La nueva comisión cuenta con la presencia de Roman Naya como el Presidente, Vicepresidente: Angel Subizar, Secretario: Analia Zeni, Pro-secretario: Sebastián Gonzalez, Tesorero: Alejandra Roleri, Pro-tesorero: Edgardo Noguera.
Vocales: Luis Solán, Juan Pando, Facundo Cruz, Alejandro Pollo, Abel Adaro. Vocales Suplentes: Nelson Alves, Juan Adaro.
Lo que sorprende de esta nueva etapa de Marabú, es el innegable aire joven que viene a dar un nuevo rumbo a la comparsa, para que de esa manera pueda lucir en sus 50 años.
Mima Correa, la reina marabucera
Su vida siempre fue agitada y nada de eso le quitaba la alegría. Tuvo que abandonar el secundario para comenzar a trabajar, siempre con el peso de ayudar a sus padres. Así, estuvo al frente de un comercio durante 15 años del cual guardaba grandes recuerdos. Luego se fue para poder dar otro rumbo a su vida.
Fue así que con todo su esfuerzo y ganas, a pesar de haber pasado los años, continuó la secundaria y para poder solventar sus gastos trabajó en una imprenta. Su regocijo llegó cuando se recibió de maestra y un día, de casualidad, consiguió una suplencia y no paró de trabajar.
Su agitada vida la llevaba a comer mal y a casi no tomar agua durante todo el día. Cada vez que regresaba de la escuela tenía los pies hinchados, hasta que viajó a Corrientes para hacerse estudios que luego confirmaría su enfermedad. Inmediatamente tuvo que dejar todo para trasladarse a hacerse las sesiones de diálisis.
A pesar de eso, fundó un centro asistencial que lleva su nombre. Juntó centavo por centavo y hasta ayudó a levantar las paredes. Hoy, la salita es una de las más concurridas, todo gracias a su generosidad.
Siempre llevó dentro suyo los recuerdos de cuando formó parte de la comisión de la comparsa, y su fanatismo era tal, que para ella no existía otra comparsa. Incluso varias veces se enfrentó a golpes con miembros de la comparsa contraria para defender los honores de la suya.
En el 2002, la comision de la comparsa Marabú la distinguió por su labor y además premiaron su lucha y valor. También la agasajaron por ser un ejemplo de vida y por no bajar los brazos, ni siquiera en sus peores momentos. “Pueden más las ganas de vivir que cualquier enfermedad”, decía siempre esta mujer que se animó a desafiar a la vida y reírse de la muerte.
El pájaro Marabú
Quienes presenciaron la belleza del carro dicen que era algo imponente, que no se podía dejar de mirar, por la perfección de los rásgos y por sus atractivos colores.
La imagen demuestra lo imponente que era la carroza, y las miradas de impacto ante la belleza del carro y de su reina.
María Kigental, 1º reina de Marabú
Con un gran vestido y una elegante corona "Ñata" desfiló a lo largo de la avenida San Martín. Quienes la recuerdan desfilando dicen que era impactante verla, por su gran delicadeza y su eterna belleza, que alegraba los corazones de quienes la veían.
Abre sus alas... Marabú
En su primer desfile el tema elegido fue "Sueños de Primavera". La carroza fue hecha sobre una camioneta de Colacho Morán y representaba a un jardín con una campanilla gigante donde habitaba un Ada personificada por su reina la señorita Maria M. Kigental.